A. CIUDAD
Esta carta está dirigida, no a una determinada iglesia, sino al conjunto de todas las iglesias cristianas establecidas en un territorio geográfico llamado Galacia, por eso el nombre de la epístola a los Gálatas (1:2).
A diferencia de otras cartas, Pablo no menciona el lugar concreto en el que habitaban los Gálatas, es por tal motivo que surgen dos hipótesis:
a) La del norte: según la cual los llamados “gálatas” serían tribus celtas, que residían en la cuenca del Danubio (Europa central) y que durante el siglo III a.C. emigraron hacia el sureste, en su afán de colonizar y conquistar el norte de Asia Menor, estos se asentarían en las ciudades que rodean Ancira; [1]
b) La del sur: entiende por “Galacia” a la provincia romana que el emperador Augusto anexionó al Imperio Romano en el siglo I. Esta provincia abarcaba la tercera parte de la población de Asia Menor y comprendía no sólo la región “gálata”, sino también Licaonia, Pisidia, Isauria, Panfilia, Frigia, Paglafonia y Ponto. Por tanto, según esta hipótesis, los gálatas a los que Pablo escribe serían aquellas comunidades que él fundó durante el primer viaje misionero: Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe (Hch 13,14,27).[2]
Galacia era una región antigua de Asia Menor en el norte central de Anatolia (la actual Turquía), poblada por los celtas-gálatas procedentes de las tribus germánicas a principios del S. II a.C. El nombre proviene del griego «Galia«, que los escritores latinos repitieron como Galli. En la Antigüedad los llamaron celtas, galloi, galos. La moderna capital Ankara (Turquía) conserva el antiguo nombre, Ankyra.[3]
El rey de la vecina Bitinia, Nicomedes I (quien reinó del 278 al 255 a.C.) ofreció tierras a los celtas y se establecieron en tres provincias formadas por cuatro pueblos constituidos por ciudades-estado gobernadas respectivamente por las tres tribus que componían el grupo inicial: los tectósages, trocmos y tolistóbogos.
Los galos fueron conquistados por Roma en 189 a.C., cuando se convirtieron en un estado cliente, y se les otorgó autonomía bajo el reinado de Deyótaro («el Toro Divino», quien reino105-42 a.C.) después de que Pompeyo el Grande (106-44 a.C.) derrotara a Mitrídates VI (quien reinó del 120 al 63 a.C.) del Ponto en el 63 a.C. Luego se integraron al Imperio romano en el 25 a.C., agregándoles la región meridional al mando de César Augusto, y declararon todo el territorio provincia romana.[4]
[1] Samuel Pérez Millos, Un Comentario De La Epístola a Los Gálatas (Barcelona: Editorial Clie,2004), 22.
[2] Millos, 23.
[3] Luis Alonso Schokel, Biblia del Peregrino, Nuevo Testamento Tomo III (Navarra: Editorial Verbo Divino, 1997), 469
[4] F.F. Bruce, Un comentario de la Epístola a los Gálatas, un comentario basado en el texto griego (Barcelona: Editoral Clie, 2004), 40.
CULTURA, ESTILO DE VIDA E INFLUENCIAS RELIGIOSAS
Los gálatas se establecieron sobre una población frigia. Con el tiempo adoptaron la religión y cultura frigia, pero no su idioma, gradualmente se adaptaron a las costumbres griegas, hasta el punto de que algunos escritores latinos se refirieron a ellos como greco-gálatas.[5]
La cultura romana también influencio mucho en el culto de los gálatas. Las fiestas y los honores dedicados al emperador se extendieron ampliamente dominando la vida pública en las ciudades. La relación entre la figura del emperador y sus súbditos adquirió diversas formas religiosas. El culto al emperador creó una vida cívica urbana que exigía, por una parte, lealtad al emperador, y obtenía, por otra parte, beneficios políticos y económicos. La participación en dicho culto fue considerada como la mejor muestra de lealtad al Imperio.
Los judíos que profesaban una religión monoteísta se oponían a toda forma de culto pagano que consistía en la veneración de imágenes, rendía culto a diversos dioses. Sin duda, esto generó conflicto y desencuentro entre dos culturas que profesaban cultos diferentes. Algunos creyentes judíos intentaban mantener su identidad dentro de una sociedad predominantemente politeísta, rechazando valores, ritos y símbolos de la sociedad, otros, sin embargo, podían adoptar otras costumbres, sin renunciar a perder su propia identidad.[6],
[5] F. F Bruce, 41.
[6] Maria N. Vasquez P. Reseña Bíblica, El contexto hisotrico social de la carta a los Gálatas N°79, (Madrid: Verbo divino, 2013), 4.
B. IGLESIA
Según datos de historiadores las iglesias a las que se refiere Pablo fueron fundadas durante el primer viaje misionero (Hch. 13.14). Pablo se dirigió a la iglesias de Galacia porque las circunstancias que motivaron esta carta fue el hecho de que supo de un grupo que había visitado su campo de misión gálata y que estaba persuadiendo a los conversos para que aceptaran una forma de enseñanza diferente a la que se les había transmitido. [7]
Al recibir las noticias de Galacia, Pablo se alarma y se indigna, porque aquello va totalmente contra la esencia de su mensaje y misión. Los judaizantes no pretendían que los judíos convertidos siguieran observando la ley, sino que los paganos convertidos la adoptasen como requisito de salvación. En otras palabras, los paganos tenían que pasar por el judaísmo para incorporarse al cristianismo. Sin tardanza les escribe una carta enérgica, con la dureza y la ternura de quien ama y sufre. [8]
La evidencia interna más directa está relacionada con un grupo de personas que se introdujeron en las iglesias fundadas por Pablo para exigir a los cristianos una especie de conversión al judaísmo, esto es, que debían circuncidarse y guardar la ley.
Algo que añadir a la situación de los enemigos de Pablo era que cuestionaban directamente su apostolado. Estos venían desde Jerusalén y apelaban como apóstoles autorizados a los Doce, que, en lo que se aprecia por el escrito, era los únicos que podían determinar cuál era el verdadero evangelio, habiendo recibido directamente su autoridad apostólica de Cristo mismo, a quien habían acompañado durante los años de su ministerio.
Una vez que Pablo había creído en Cristo, los apóstoles, viendo su capacidad y conocimiento de la Escritura, le permitieron predicar el evangelio en Judea. Pero, en cuanto salió del entorno de Israel y pasó a Antioquía, iniciando la evangelización del mundo gentío, cambió los principios que aceptaba la iglesia en Judea y especialmente la de Jerusalén, bajo el liderazgo de Santiago, para adecuarlos a los gentiles, eliminando las tradiciones judías, la observancia de la ley y, especialmente la circuncisión.
En el entorno cristiano del nacimiento de la iglesia, había líderes que consideraban esta pretensión judaizante como buena. Jacobo, presidente de la iglesia en Jerusalén, estaba profundamente arraigado a las tradiciones judías. La misma congregación en aquella ciudad era conducida según la forma tradicional de la sinagoga. [9]. Dos corrientes diferentes se manifestaban en la iglesia: por un lado, los gentiles con su libertad en Cristo, conduciéndose al margen de todo sistema legal ceremonial, que incluía el rito de la circuncisión; por otro la corriente judaizante que pretendía imponer el sistema legal y forzar a circuncidarse a los nuevos cristianos procedentes del mundo gentil. La confrontación entre estas dos posiciones no podía dejar de manifestarse, como así ocurrió.
Es evidente que la iglesia en Antioquía de Siria (Hch. 11: 19-26), había sido enseñada por Pablo y Bernabé. Ésta no adoptó el sistema de un marco judío con el mantenimiento de muchos aspectos que la ley establecía para la vida de los judíos, entre los que se encontraba la obligatoriedad de la circuncisión, y de atender a las festividades religiosas que el pueblo de Israel debía guardar conforme a la ley.
El apóstol no puede quedarse impasible ante esta situación, de modo que escribe la Epístola para recordarles los principios doctrinales sobre la justificación por la fe y hacerles saber que su mensaje procedente de Dios no puede ser cambiado, porque no le fue dado por mediación de hombres, de modo que cualquiera alteración en el mensaje del evangelio predicado, procediera de quien procediera, debía ser considerado como anatema (1 :8, 11-12).
[7] F.F. Bruce, 60.
[8] Schoket, 470.
[9] Millos, 29.
C. FECHA Y LUGAR DE LA COMPOSICIÓN
Es muy probable históricamente que la epístola a los Gálatas sea el escrito mas antiguo de Pablo. Escrita aproximadamente en el año 48-50 d.C. desde Antioquia de Siria al final de su primer viaje y antes de ir al concilio de Jerusalén en Hechos 15.
Existe una gran diversidad de opiniones y puntos de vista. Algunos aceptan que la fecha correcta esta al final del primer viaje misionero cerca de 50 d.C. en Antioquia. Naturalmente, los defensores de la teoría de Galacia del norte generalmente aceptan una fecha tardía, debido a que el apóstol no entró a esas partes hasta que realizo su segundo viaje misionero. Como ellos juzgan los hechos, Pablo volvió a visitar Galacia del norte durante su tercer viaje misionero. De este modo, generalmente afirman que Gálatas fue escrita en Éfeso durante el tercer viaje misionero.
Algunas otras mencionan que Gálatas fue escrita después del concilio de Jerusalén, ya que describe la relación de Pablo con los otros líderes de esa gran reunión (Ga. 2:1). Esta posición está vinculada a la hipótesis de la Galacia del norte y no a la del sur.
También se menciona que fue escrita después de dos visitas previas a Galacia del Sur (Hch. 13:14,15:40, 16:5); fue escrita no mucho después de la conversión de los gálatas, no mucho después de las dos visitas de Pablo (Ga. 1:6). Por todo esto, muy bien podría haber sido escrita durante el segundo viaje misionero, en Corinto, antes de la llegada de Timoteo y Silas. Esto explicaría la omisión de saludos de parte de estos dos hombres, quienes ocupaban un lugar especial en los corazones y en la memoria de las iglesias de Galacia del sur (Hch. 15:40; 16:1–3).[10]
La razón más probable para su omisión e inclusión es que Timoteo y Silas todavía no habían llegado cuando se escribió Gálatas, pero cuando se escribieron las cartas a los Tesalonicenses estos dos compañeros de trabajo ya habían llegado y estaban otra vez en compañía de Pablo. Esto nos daría una fecha de composición más o menos entre el 50 y 53 d. C. (segundo viaje misionero), y justo antes de que se escribiese 1 Tesalonicenses.
Si se acepta la hipótesis de la Galacia del sur, la fecha de redacción debió haber sido sobre el año 49 o 50 d.C. Si se considera como válida la hipótesis de Galacia del norte, la fecha de redacción tuvo que haber sido alrededor del año 54 o 55 d.C.
Bajo los mismos presupuestos, si se acepta que el escrito se dirigió a las iglesias del sur de Galacia, entonces el lugar más probable de redacción sería Antioquía. En el caso de que se acepten como dirigido a las iglesias del Galacia del norte, el lugar más probable de redacción sería Corinto, antes de la llegada de Timoteo y Silas.
[10] William Hendriksen, Comentario del Nuevo Testamento, Gálatas (Michigan: Grand Rapids, 2005),14-15
BIBLIOGRAFÍA
Bruce, F. F. “Un Comentario de la Epístola a Los Gálatas, un comentario basado en el texto griego”. Barcelona: Editorial Clie, 2004.
Hendriksen, William, “Comentario del Nuevo Testamento, Galatas”. Michigan, Grand Rapids: Editorial Libros Desafio, 2005.
Perez M., Samuel, “Un Comentario De la Epístola a Los Galatas”. Barcelona: Editorial Clie, 2004.
Schoket, Luis A. “Biblia del Peregrino, Nuevo Testamento Tomo III”. Navarra: Editorial Verbo Divino, 1997.
Vásquez P, Maria N. “Reseña Bíblica, El contexto histórico social de la carta a los Gálatas N°79”. Madrid: Editorial Verbo Divino, 2013.
Por: Daphne Gatica
MATERIA: EXÉGESIS DEL NUEVO TESTAMENTO
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